La investigación por el asesinato del policía Sergio Acuña en el asalto a la sucursal de Pago Fácil tuvo el peor final. El presunto autor del crimen, Víctor Fabián Pérez, instructor del grupo especial de la Policía GEOP, se suicidó ayer frente al edificio de la Dirección de Seguridad, acorralado por las pruebas que la Justicia había acumulado en su contra. El juez de instrucción Oscar Domínguez ya había dictado la orden de allanamiento a su vivienda y la detención del uniformado. Para la fiscalía, a cargo de Marcelo Jofré, el caso estaría resuelto.
Otro policía, de apellido Painemilla, y una mujer fueron detenidos poco después y los investigadores creen que actuaron como apoyo de Pérez en el audaz atraco a la mutual Antú Nehuén ocurrido el martes 13 pasado. Según se supo, el cabo Painemilla había sido relevado por Acuña de la custodia del Pago Fácil el día del hecho.
Ayer se aguardaba por el resultado de la autopsia practicada sobre el cuerpo del instructor, casado y padre de dos hijos, pero se presume que fueron dos impactos con su arma reglamentaria los que le costaron la vida. El jefe de la Policía neuquina, Juan Carlos Lepén, y el secretario de Seguridad Guillermo Pellini, se acercaron hasta la localidad con el fin de interiorizarse del hecho (ver aparte).
Pérez, que sabía que era investigado y que estaba a punto de ser detenido, llegó hasta la Dirección de Seguridad alrededor de las 11:30. En ese momento se desarrollaba un acto por el día de la fuerza con numerosos efectivos y autoridades en el interior. Al parecer intentó hablar con alguno de sus superiores pero sólo tomó contacto con otros oficiales de menor rango. Luego salió a la vereda y se quitó la vida frente a sus camaradas. Al parecer uno de los disparos le atravesó el mentón y el otro impactó en la cabeza.
Fuentes oficiales confiaron que el policía había limado parte del dispositivo de su arma para lograr disparos a repetición. Añadieron que el que dio en la cabeza fue el primero de los dos tiros; y que el segundo se accionó por esa modificación de la pistola.
Los instantes posteriores fueron de un desconcierto generalizado. Los policías salieron corriendo y encontraron a Pérez tendido en el piso. Enseguida fue trasladado al hospital pero falleció casi en el acto mientras que algunos de sus compañeros protagonizaban escenas de forcejeos. (Ver aparte)
Se secuestraron las armas de los dos policías que estaban con Pérez en el momento de los disparos.
Pérez, además, había sido procesado por encubrimiento en el crimen del docente Carlos Fuentealba, pero no llegó a ser juzgado.
"De acuerdo a la investigación Pérez es el autor del disparo que mató a Acuña", confirmó una alta fuente judicial. Poco después se confirmó la detención de otro policía que habría actuado como apoyo en el momento del hecho y de una mujer, sindicada como la autora de los llamados telefónicos que buscaron atraer la atención de la policía minutos antes del atraco a la mutual. Ambos fueron puestos a disposición del juez Domínguez ante quien deberán prestar declaración indagatoria en las próximas horas.
Su situación es sumamente compleja ya que la fiscalía podría imputarlos como partícipes primarios en el delito de robo seguido de muerte, una figura que el Código Penal castiga con penas que alcanzan la prisión perpetua.
Los allanamientos realizados ayer en diferentes puntos de la ciudad arrojaron resultados positivos. Si bien no hubo confirmación oficial, trascendió que se habría encontrado la pistola 9 milímetros utilizada para asesinar a Acuña y al menos una parte del botín.
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