La urna con los restos del beato Ceferino Namuncurá llegaron hoy al asentamiento mapuche de San Ignacio, ubicado a 60 kilómetros de Junín de los Andes, Neuquén, después de ser retirados del santuario de María Auxiliadora, en la localidad bonaerense de Fortín Mercedes, donde eran resguardados y venerados desde 1924.
En horas del mediodía pasaron por la ciudad de Zapala, dónde algunos fieles lo aguardaban en cercanías al Automóvil Club Argentino, sobre la ruta 22. Los restos fueron llevados por familiares del “Lirio de las Pampas”, quienes ayer hicieron un breve paso por Chimpay, Río Negro, pueblo natal y lugar donde se realizó la beatificación el 11 de noviembre de 2007. “A pedido del obispo, realizamos una escala de 15 minutos para que los fieles puedan despedir los restos”, dijo a la prensa Luis Namuncurá, sobrino nieto del “santo indiecito”. Los restos fueron colocados en una construcción de madera llamada “kultrüm” donde serán depositados, para su posterior veneración. El traslado generó gran malestar entre los vecinos de Pedro Luro y Fortín Mercedes, provincia de Buenos Aires, a quienes los representantes de la congregación salesiana debieron explicar el porqué de esa decisión motivada por un reclamo ancestral de los familiares de Namuncurá.
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