Los síntomas de la gripe porcina son similares a los de la gripe común: fiebre, problemas respiratorios, como tos, estornudos, y malestar general. En ocasiones también falta de apetito y diarrea.
Si creemos que estamos contagiados, debemos acudir a nuestro médico de cabecera, no colapsar las urgencias de los hospitales. Es importante actuar con rapidez, ya que el tratamiento en las primeras 48 horas es muy efectivo.
Aún se está investigando si la vacuna de la gripe común nos protege contra la gripe porcina. En cualquier caso, la gripe porcina se trata con los mismos medicamentos que la gripe común. Aunque el uso de los antivirales siempre debe hacerse bajo prescripción médica.